Cuenta la historia de cuatro amigos de un pequeño pueblo que son Jenny disfrazada como una Bruja, Ralph como una momia, Wally como un monstruo y finalmente Tom Skelton como un esqueleto, como de costumbre, salen a hacer el truco o trato en la noche de Halloween, pero cuando van a recoger al quinto miembro de la pandilla, Pip, se encuentran con la desagradable noticia de que acaba de partir muy enfermo al hospital. En este punto ya apreciamos que la historia no sigue las pautas del típico producto infantil, pues vemos como se pone a los protagonistas en la amarga tesitura de cómo reaccionar ante la pérdida, una desagradable sensación desde el punto de vista de un adulto, e inapropiada para la mente de un niño. Sin embargo es aquí cuando sorprende como la noble mentalidad infantil da pié a una fantástica aventura que servirá tanto para reforzar los lazos de la amistad como para desentrañar el significado de la noche de difuntos de un modo didáctico y emocionante. Todo esto claro está de la mano del extraño y egoísta Sr. Moundshroud (al que da voz Leonard Nimoy), que representa el arquetipo del misterioso mago y guía iniciático, con un importante papel en el cuento.
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