Nonô Correia es un hombre loco, gruñón y misterioso, bordeando lo tragicómico. Avaro, el tranca el refrigerador con candado, apaga la luz algunas veces y vierte, de verdad hasta en sus hijos, su avaricia compulsiva: está prohibido repetir platos a las comidas. Su mayor preocupación es hacer economía. Nonô vive con sus hijos, Tomaz y Elisa, y la empleada, Frosina, que hace veinte años soporta sus mezquindades. Sin embargo, Nonô Correia está lejos de ser pobre: tiene vários inmuebles alquilados y esconde en su casa un tesoro que nadie sabe dónde está. El único que intercambia su secreto es su amigo Anselmo, que nutre un amor platónico por Elisa, aún siendo mucho más viejo que ella.
Tomaz es juguetón y carismático, mientras Elisa es tímida y insegura. Ella está enamorada de Gustavo, un funcionario de su padre, que se aproxima a ella pensando en el golpe del baúl. Gustavo divide un cuarto con Tío Romão en la casa de Judite, una inquilina de Nonô que proporciona bocadillos para el restaurante de Tito y Santusa, una pareja en crisis. Tio Romão es al revés de lo que Nonô Correia es. Misterioso, nadie conoce su pasado, ni sabe de donde vino. Con habla dulce, el viejito ofrece tés como pretexto para conversar con los habitantes y darles un poco de calor humano. Las personas se asustan con sus palabras certeras. Algunos lo consideran un santo, otros, un hechicero.
La sobrina de Nonô, Maria da Graça – que prefiere ser llamada de Grace -, es una mujer moderna que le da mucho valor a lo que viene de fuera. Viuda, dueña de una tienda de artículos importados, ella es madre de Rosemary, que se casó con João Paulo, hijo del nacionalista, conservador y machista Bruno, también viudo. La joven pareja necesita eludir la difícil relación de sus respectivos padres, que viven golpeándose de frente. El Dr. Vinícius es un médico humanista y no siempre cobra las consultas, para la reprobación de su mujer Helena, que vive reclamando del presupuesto apretado. La pareja tiene tres hijos: el snob Renato, que está de vuelta en la ciudad; la bella y dulce Mariana, que es adoptada; y Bel, que envidia a su hermana.
El conflicto mayor se da cuando Nonô Correia resuelve cortejar a la joven Mariana sin saber que ella es novia de su hijo Tomaz. La muchacha se siente obligada a aceptar la propuesta por causa de una deuda moral que su padre tiene con el avaro. Con todo Nonô se va convirtiendo más dulce y sensible cuando se aproxima al huérfano Zezinho, sobrino de la impaciente Santusa, un niño encantador que, poco a poco, ablanda el corazón del viejo gruñón. Para apaciguar los conflictos, el té del Tío Romão es siempre servido en dosis ciertas, con un mirar cariñoso y frases calurosas, sin cobranzas o juicios, al final, amor con amor se paga.
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