En 1899, Acre vivía en una situación de conflicto, pues, a pesar de ser territorio boliviano, estaba poblado por brasileños atraídos por la explotación de la goma. Cuando Bolivia decidió retomar su territorio, anhelando el beneficio obtenido con el látex extraído de los árboles de caucho, el gobierno brasileño no se opuso, ya que la región, de acuerdo con el Tratado de Ayacucho, pertenecía en realidad al país vecino. El pueblo acreano se enojó con la situación y caucheros, liderados por el español Luiz Galvez, resistieron a la ocupación boliviana.
Para mostrar la cultura, los conflictos y la vida de riqueza y lujo de los caucheros, la trama narra la historia del coronel Firmino, casado con doña Júlia, padre de Tavinho y Augusto. Para retratar la saga difícil de un pueblo batallador y sus características, el día a día de la familia de Bastião, su mujer Angelina y sus hijos Delzuite, Bento y Tonho que, así como millares de familias, emigraron del Noreste hasta Acre en la tentativa de ganar dinero por medio de la extracción de látex de los árboles de caucho.
En julio de 1899, fue creado el Estado Independiente de Acre y Galvez, aclamado presidente, lo que despertó el descontento de los caucheros, que se enojaron con los impuestos cobrados por el nuevo gobierno. En diciembre, Galvez fue depuesto por el cauchero Antônio de Souza Braga, que no consiguió mantenerse en el poder y le devolvió el comando. El Gobierno Federal brasileño, sin embargo, sabiendo que la desobediencia de este tratado colocaba en riesgo sus relaciones internacionales, destituyó a Galvez y le devolvió la región de Acre a Bolivia.
Mientras tanto, el militar gaucho Plácido de Castro decidió intentar la suerte en el Norte del país, demarcando cauchales en la Amazônia. En esta época, liderados por el periodista Orlando Lopes, intelectuales y bohemios de Manaus organizan una expedición para expulsar a los bolivianos y retomar Acre. Sin embargo, sin experiencia en el arte militar, el levante fue derrotado. Delante de esto, los revoltosos llegaron a la conclusión de que necesitaban de un líder militar y invitaron a Plácido de Castro, que aceptó el desafío.
Bolivia arrendó Acre al Bolivian Syndicate, dándole poder de explorar las tierras del estado y ocuparlas militarmente por treinta años. Lino Romero fue enviado a Puerto Alonso para preparar el paso de la administración. Comienza entonces el movimiento armado contra Bolivia, liderado por Plácido de Castro y financiado por los caucheros. Vencida la guerra, la diplomacia brasileña entró en acción y Acre fue finalmente incorporado a Brasil, pero como territorio, y no como estado, como habían soñado los que lucharon por él.
El tercer líder de la historia de Acre fue el cauchero Chico Mendes, que llamó la atención del mundo para la preservación del bosque, que venía siendo destruído desde que los cauchales comenzaron a ser transformados en pastos para ganado. Mendes creó, de forma pacífica, un movimiento de resistencia para impedir la deforestación, usando apenas el diálogo. El cauchero fue condecorado por la ONU y su lucha reconocida por las organizaciones internacionales de protección al medio ambiente. Sin embargo, acabó cobardemente asesinado.
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